
No vayas de listo, que he jugado partidas con menos cartas y me he ido de la mesa cuando me ha dado la gana. No juegues a eso, que me sé las reglas y a veces también me las salto. No intentes un a medias, que ya he pisado ese obstáculo más veces. No me retes demasiado, que es muy importante saber ir a la guerra con la misma cantidad de munición que de confianza. No me abras la puerta a poquito, que sé cerrarla de golpe. Sé no mirar nunca atrás cuando atrás ya no es mi camino. He jugado muchos últimos minutos de partidos importantes y sé que, a esas alturas, pesa más la cabeza que las piernas. Voy a muerte, aunque no lleve nada. Miro de frente, dejo el ego en la escalera y sigo subiendo los escalones de dos en dos.
Cuidado, porque he aprendido a decir adiós y sé abrir las ventanas y cerrar la puerta. Y cuando cierro la puerta no me doy ni la vuelta...
LS.
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