De la vida no quiero mucho. Quiero apenas saber que intenté todo lo que quise, tuve todo lo que pude, amé lo que valía la pena y perdí lo que nunca fue mío...
Pablo Neruda.
Apenas saber que llené algunos vacíos ajenos con mis manos y dibujé puentes sobre ríos perdidos con mis letras. Quiero apenas saber que lo intenté hasta el final de los finales, donde fallecen los delirios y florecen los lirios. Saber que caí en la tentación, que me quemé la lengua y me mordí la piel por lo que amé más que a mí. Mira, de la vida no quiero mucho, solo saber que encontré el Santo Grial en brazos y risas que me quitaron la sed.
No quiero mucho, solo saber que quise hasta reventar, que me pasé los prohibidos por el Arco del Triunfo, que disparé muchas flechas a ciegas, que tensé el arco hasta el límite y abrí los ojos de golpe cuando los imprevistos e injusticias me giraron la cara de un golpe seco. No quiero mucho, solo saber que fui más canalla que tú, querida vida. Solo saber que sentí hasta el último acorde, que me bebí la última ronda, que vomité lo que sobraba. Es verdad, no quiero mucho, solo saber que incluso cuando creí perder… gané. Que las despedidas me sirvieron para aprender a escribir nuevos capítulos, que cuando apreté los dientes aflojé más de un nudo que estaba de más.
De la vida no quiero mucho. Solo vivirla. Llenarme de momentos, de puestas de sol y soledades que enseñan. Ponerme hasta arriba de besos con ron. Y ronronear en su cuello. Y en el último suspiro que me quede por vivir… sonreír. Solo eso. Todo eso.
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PD.1. Solo el mar y amar y remar.
PD.2. Solo salud para seguir.
Mi.
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