Tenemos un café pendiente,
una caminata lenta por la playa,
una mañana con coloridos hilos
para tejer nuevos días.
Nos debemos una mirada larga,
una y mil caricias de múltiples colores,
las charlas bajo las suaves sábanas
y un anochecer tapizado de carcajadas.
Queda pendiente una charla en la madrugada
después de haber rozado nuestras pieles,
de haber bebido de nuestras esencias más sublimes,
y de hacernos uno solo entre jadeos y humedades.
Tenemos pendientes abrazos sin prisas,
cosquillas y abrigo para el alma,
mil te quieros susurrados al oído
y que las aves canten nuestros amores.
Nos hacen faltan tardes de flojera
tirados en el sofá ocupando un mismo espacio,
ignorando las palomitas y la tercer película
mientras veo tus ojos y siento tus caricias.
Nos debemos una ducha calientita, juntos,
para lavarnos mutuamente las viejas heridas,
para sanar nuestros maltrechos corazones,
para renovarnos las almas.
Nos debemos poemas, versos y prosas,
líneas de tinta originada en nuestro ser,
letras que hablen de lo que se supone no tenemos,
y trovas que cuenten qué tan perversos somos al joder.
Tenemos pendiente un cita espontánea,
compartiendo una ilusión sin tregua ni medida,
un anhelado encuentro tan fugaz
que nos dure esta y mil vidas más.
TB
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