Mi señor:
Lo invito esta noche a que me disfrute y saboree mis mieles,
póngame en cuatro, ¡mi posición favorita!
Lo deseo tanto que estas ganas de tenerlo entre mis piernas me queman.
Venga pronto que estoy ansiosa y
a la espera de usted, ¡mi señor!
Lista para que me de el placer que no encuentro en ningún otro hombre.
Disfrute tenerme así,
aprecie el panorama que le ofrezco,
aferrece fuerte a mis caderas,
a mi cintura pequeña,
clave sus uñas e introduzcase en lo más profundo de mi ser las veces que lo desee,
como a usted le apetezca y haga de mi lo que usted quiera.
Venga y sacie esta sed que siento por usted,
por su sexo,
por sus manos salvajes que me estrujan y su lengua experta y traviesa que me lame y se hunde en mi sin pudor alguno.
Venga y quíteme estas ganas de probar una vez más su bestial forma de hacerme suya.
Quiero sentir el poder que ejerce usted sobre mi, cómo me hace temblar y cómo me hace derramar mis fluidos de entre mis piernas.
Venga y quíteme estas ganas que siento por usted
Silvia D.
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