Siempre hay alguien que está contigo en las buenas, en las maduras y en los incendios. Quien se queda incluso cuando los palos son muy duros, cuando la tormenta arrecia o cuando se te nubla la vista. Quien te ayuda a levantarte, a andar con la cabeza bien alta y a llegar bien lejos. Quien te avisa cuando tú no alcanzas a ver las llamas.
Quien permanece contigo y soporta el sol pero también los truenos y los días nublados.
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