Recuerda esto y no lo olvides:
Si no percibes interés, eres libre de alejarte. No te sientas culpable de desearlo.
El tiempo es tan eterno como efímero.
Al final no hay soluciones mágicas ni recetas infalibles para los “dolores del alma”. Porque al fin y al cabo se trata de pedirle a la vida tequila y sal cuando se empeña en darte limones..
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