Y no sé tú qué haces ahí con tu vida caída a plomo en un bordillo soportando el peso de tu historia hundida.
Qué haces lamentando como la peor derrota lo que es el triunfo de tus días. Y no sé por qué por mucho que desde el otro lado te insistan que una retirada a tiempo siempre es una victoria y las hojas del calendario caídas te van a dar la razón, tú sigues ahí en el muro de los que ignoran que, cuando menos lo esperas, un golpe de suerte o el impulso del destino, que siempre se guarda un as en la manga para los que no dejan de creer, o el tiempo, que imparte justicia borrando de la memoria lo que estorba, hacen que todo vuelva a su ser.
Y tú no te lo crees. Que marcharse a tiempo de donde no es tu sitio sin huir de nada ni nadie puede ser la casualidad más imprevista de llegar a donde te esperaban porque la vida siempre ofrece el gran atrevimiento de volver a empezar. Que no sé qué haces llorando cuando esto está para los que aprenden a viajar lejos moviendo el destino equivocado o soñar sin moverse del sitio hasta llegar a que todo vaya bien.
Que te levantes de ahí y entiendas que la vida no te niega nada como tampoco te salva de lo que no necesitas. Lo haces tú. Y ese... será tu éxito
E.L.
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